M.F/ El 10 de octubre de cada año se celebra el ‘Día Mundial de la Salud Mental’ con el objetivo de concienciar sobre esta problemática y de trabajarla para mejorar, en la medida de lo posible, la vida de las personas que sufren trastornos mentales que, en su mayoría, tienen que ver con la ansiedad, la depresión o ambos a la vez.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren depresión -trastorno que se está convirtiendo en la principal causa de discapacidad-; más de 260 millones de personas padecen episodios de ansiedad y muchos sufren ambos trastornos al mismo tiempo.

La ansiedad y la depresión presentan una serie de características que, en mayor o menor medida, precisa de atención psicológica ya que, curarla, lleva su tiempo y requiere aplicar unos métodos con la ayuda de profesionales.

El ‘Día Mundial de la Salud Mental’ lleva todos los años aparejado un lema y, sobre este, se centra la problemática que quieran abordar. El de este año está enfocado al ámbito laboral con el enunciado «Trabajar sin máscaras. Emplear sin barreras».

Las vivencias en el trabajo condicionan la vida privada de las personas. Así que, dependiendo de cómo esté cada unx en el trabajo, se verá afectado su bienestar emocional que, a su vez, influirá en la  productividad dentro de la empresa.

En este sentido, la OMS establece unas pautas para crear un entorno saludable en el trabajo:

Aunque esta edición los problemas de salud mental están centrados en el trabajo, es de señalar que esos mismos problemas también surgen en el caso contrario, es decir, cuando hay ausencia de empleo. De hecho, hay estudios que demuestran que el desempleo de larga duración repercute negativamente en la salud mental.