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MERCEDES FERNÁNDEZ/ La palabra psicópata, generalmente, está asociada con gente que comete asesinatos en serie como vemos en películas o series políacas.

Lo cierto es que muchas veces un psicópata tal y como lo define la psicología, se encuentra más cerca de nuestro entorno de lo que creemos. Tanto es así que un 1% de la población española es psicópata. Este tipo de personas se caracterizan porque son capaces de cometer actos delictivos sin que sientan culpa o remordimientos por ello.

Suelen ser personas que les gusta subir puestos como los ascensos laborales con el objetivo de aumentar estatus social y ganar poder económico. Esto se corresponde muchas veces con la actitud abusiva que ciertos jefes mantienen con sus empleadxs.

La meta de los psicópatas de cuello blanco es alcanzar las máximas cotas de poder. “La capacidad de que, sin necesidad de sugerirlo, los demás hagan lo que tú desees e incluso yendo en contra de tus intereses”. Por eso, se les denomina de cuello blanco porque es un «maltrato sutil». Son acciones que no pueden percibirse con precisión, no son claras y definitorias.

Se caracterizan por ser personas frías, con falta de empatía; utilizan el encanto personal como arma de manipulación sólo para conseguir lo que quieren, ya que son incapaces de formar relaciones estables y/o duraderas. Este tipo de psicópatas suelen encontrarse en los ejecutivos, políticos o personas que ostentan cargos de alta responsabilidad.

El psicópata suele ser también narcisista, un comportamiento que viene como consecuencia de que la persona haya tenido una infancia difícil, carente de afecto y atenciones -por destacar los principales rasgos que definen el perfil de este tipo de personas-.




También son trepas, maquiavélicos y malvados. Las personas que tienen estas conductas suman entre 4 y 5 millones en España y son del tipo llamados normalizados o integrados. Luego hay en torno a un millón que son psicópatas puros.

Muchas veces este tipo de acciones lleva a pensar, sobre todo cuando se han hecho investigaciones de asesinatos, que la persona delictiva ha matado porque se le ha diagnosticado trastornos mentales, entendiendo la psicopatía, por tanto, como un problema mental.

Pero muchas veces no es así, sino que la persona tiene simplemente maldad en sus acciones. De hecho, un psicópata no suele matar. Lo hace cuando ya no le queda otro camino para demostrar (o demostrarse) su poder y su sentimiento de superioridad.

Según los expertos, la mayoría o todos nosotros -en algún momento de nuestras vidas- somos o hemos sido malxs, egoístas, poco empáticxs… podríamos tener muchas cualidades de los psicópatas, incluso pensamientos.

La diferencia está en que el psicópata, además de tener esos rasgos, lo empuja el precio que está dispuesto a pagar y los beneficios que puede recibir a cambio. Y una cosa, nos dejan clara, «todos, todos podemos ser malvados. Que no nos pongan a prueba».

Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.

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