MERCEDES FERNÁNDEZ/ El gaslighting es una forma de manipulación psicológica para hacer que la víctima dude de su propio criterio. Esto, con el tiempo, provoca a la víctima una desestabilización emocional llegando a confundir su propia realidad con la de la persona abusadora.
Es un tipo de manipulación sutil a la vez que peligrosa en la que la víctima duda de su propia percepción, juicio o memoria.
Al principio de la relación, se vive una etapa idílica en la que la víctima «pierde la cabeza» por quien le hace «luz de gas» sobre ella ya que ha proyectado una imagen de compañerx perfectx.
Sin embargo, esa adoración del gaslighter a la víctima se irá devaluando poco a poco, de tal manera, que la víctima se sentirá incapaz de hacer algo bien. Creerá que hay algo malo en ella, sembrándole inseguridad y dependencia de los demás. Por lo que, puede caer en un profundo estado de desesperación por querer arreglar las cosas.
Obviamente, este tipo de relación -que en la mayoría de los casos se da en las amorosas; pueden presentarse también en las laborales, aunque en menor medida- son tóxicas.
El gaslighting es muy peligroso porque no se trata de acciones concretas, fácilmente identificables; sino todo lo contrario.
Es un goteo constante de idas y venidas, con juegos de despistes, de cal y de arena en el que la persona abusadora tiene como objetivo principal que la víctima entre en un estado de confusión y de duda consigo misma. Todo esto le dificulta que piense con la claridad suficiente como para tomar medidas de autoprotección.
Aunque la persona abusadora o gaslighter haga que la víctima dude hasta de su propia palabra, hay unas técnicas o, más bien, patrones stándar sobre la manera de actuar de este tipo de individuos:
- Mienten descaradamente y la víctima lo sabe pero cuentan su historia con tanta seguridad que hacen dudar a la víctima creando el precedente de la indecisión.
- Niegan que alguna vez dijeron algo, a pesar de que se tengan pruebas. Lo niegan con tanta rotundidad hasta el punto de que la víctima empieza a dudar de su realidad y empieza a aceptar las de su gaslighter.
- Utilizan lo que es cercano y querido por ella para atacarla.
- Sus acciones no concuerdan con sus palabras. Lo que está diciendo no significa nada. Sus acciones son más sinceras que sus palabras.
- Utilizan el refuerzo positivo para confundir a la víctima, es decir, primero le dicen que no vale o cosas negativas. Y luego, alaba algo que ha hecho. De esta manera, logra mantener a la víctima descentrada una y otra vez para cuestionar su realidad.
- Saben que la confusión debilita a las personas.
- Utilizan la proyección. Tratan de responsabilizar a otras personas de actos que han hecho ellxs mismxs que, muchas veces, suele ser su víctima, la cual, no es consciente en el momento del uso de esta estrategia tan calculada.
- Tratan de poner a la gente en su contra. Son maestrxs de la manipulación. Cuando la persona abusadora usa esta técnica, está intentando que la víctima dude de todo el mundo y no sepa en quién confiar, por lo que empieza a evitar ciertas compañías para que su mundo se reduzca sólo al gaslighter. El aislamiento le permite controlar mejor a la víctima.
- Hará que los demás crean que está locx.
- Dicen a los demás que eres unx mentirosx.
El gaslighting va sucediendo de manera gradual tanto que, al principio de la relación, las acciones de la persona abusadora parecen inofensivas. Por ello, este tipo de abusos es muy peligroso, si no se identifica a tiempo.
Origen del gaslighting
El término gaslighting no tiene una traducción literal a nuestra lengua. Lo más parecido es la expresión «luz de gas». El origen de este comportamiento fue reflejado en la película clásica de Hollywood «Gaslight» en la que un hombre manipulaba a su mujer para que creyera que estaba loca y así, robar su fortuna escondida.
Él esconde objetos (cuadros, joyas) haciéndole creer a su esposa que ella ha sido la responsable, aunque no se acuerde. También atenúa la luz de gas (en aquella época no había electricidad) y le hace creer que el fuego sigue brillando con la misma intensidad que antes.
Por supuesto, eso hace que la protagonista sienta que se está volviendo loca, que no quiera salir de la casa, que se encuentre ansiosa y llore continuamente. El esposo le advierte que dejará la relación y la amenaza con mandarla a un médico para que la medique o la encierre.
Obviamente, el abusador sabe muy bien lo que está haciendo y casi consigue su objetivo, si no fuera por un investigador que descifra la situación y desenmascara al ladrón.
Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.
2 comentarios