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MERCEDES FERNÁNDEZ/ El calor provoca en el organismo una serie de descompensaciones que derivan en enfermedades crónicas, muchas de ellas, peores que, por ejemplo, un golpe de calor.

El golpe de calor se origina cuando la temperatura corporal sube por encima de los 40º. Cuando se sufre un golpe de calor, todos los mecanismos que regulan la temperatura corporal como el sudor, dejan de funcionar. Sube la temperatura y se pierden bastantes líquidos corporales.

 



 

Se ha calculado que las personas evaporan entre 1 y 2 litros de sudor diarios. Hay quien llega, incluso, hasta los seis litros en 24 horas. Por eso, en épocas de calor se debe cuidar el cuerpo con mayor atención, tanto por dentro como por fuera.

Y una de las precauciones que más se debe de tener es la de beber líquidos siempre que se pueda; y si es agua, mejor. Se tiene la falsa creencia de que hay que beber agua sólo cuando el organismo lo necesita. Sin embargo, cuando el cuerpo siente sed, ya lleva entre 20 y 30 minutos deshidratado.

Evaporar sudor no es una acción que al organismo le resulte gratuita. Necesita tener agua disponible, que estemos bien hidratados, que el corazón y el sistema cardiovascular tenga un buen funcionamiento para llevar gran cantidad de sangre a la piel y que la sangre aporte el agua necesaria a las glándulas sudoríparas.

Por esta y otras grandes razones, es muy importante extremar las precauciones cuando las temperaturas son muy altas. Así, que no está de más recordar que hay que mantenerse en lugares frescos, llevar ropa adecuada (cómoda, holgada y de colores claros), reducir las actividades, así como su intensidad -sobre todo en horas de fuerte calor-…

 



 

Es muy común mojarse la cabeza y, después, ponerse un gorro mojado. Esto es un error que no hace que combatamos el calor; sino más bien, aumentar la humedad local y disminuir la posibilidad de eliminar calor por la cabeza.

La práctica de la natación -ya sea en entrenamiento o recreativa- también puede conducir a la deshidratación. El organismo humano requiere consumir agua para hidratarse. Así que es un error pensar que la hidratación periférica hará «todo el trabajo». La natación es una práctica deportiva como cualquier otra y, por tanto, la hidratación interior debe de ser de la misma forma que para otras actividades: bebiendo agua.

Y es conveniente hacerlo 30 minutos antes de empezar dicha actividad y cada 20 minutos, durante la misma.

 

NOTA: La AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) tiene a disposición de los usuarios una tabla de valores de la sensación térmica por el calor que se puede consultar en el siguiente enlace:  https://www.tiempo.com/ram/289402/la-sensacion-termica-y-sus-calculos-por-la-aemet/

Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.

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