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M.F/ El mal olor corporal está asociado, generalmente, con llevar unos hábitos de higiene poco adecuados. Sin embargo, el sudor, en sí, no tiene olor. El mal olor lo producen las bacterias en las que se descomponen y que se quedan en la piel. Hay determinadas zonas del cuerpo que se ventilan más que otras; de ahí, que algunas partes del cuerpo huelan más fuertes que otras cuando se acumula sudor.

El sudor es un proceso natural de transpiración que utiliza el organismo para refrigerarse, controlar la temperatura corporal y eliminar toxinas. Todos desprendemos dos tipos de sudor. Uno, que no produce mal olor ya que está formado por agua y sales minerales y es el que sale de la cara, el tórax o las palmas de las manos.

El otro, sí que produce olor ya que el líquido que desprende es más viscoso y está compuesto de agua, lípidos, feromonas y residuos metabólicos. Es el que se produce en las axilas, ingles y pubis. Estas zonas suelen tener menos ventilación; por lo que aumenta la acumulación de bacterias que contribuyen a un aumento del mal olor. Y si no se lleva una correcta higiene de esas zonas en particular, la sensación suele ser desagradable.


Y ¡atención! porque en el caso de las axilas, productos como los desodorantes, no son la solución ya que, según los expertos, no eliminan el olor, sino que lo cubren. Lo mejor es mantener esta zona lo más seca posible, usando polvos de talco o bicarbonato como buenos aliados. Este último, además, ayuda a destruir muchas bacterias.

Hay ocasiones en las que el mal olor que desprende el cuerpo de una persona, viene influenciado por otros factores como puede ser la ingesta de ciertos medicamentos, la climatología, herencia o malos hábitos alimentarios.

Las carnes rojas, las grasas, el ajo, la cebolla, las bebidas alcohólicas, los lácteos o las gomitas de dulces (las bacterias causantes de los malos olores adoran las cosas dulces) son, entre otros, los alimentos que contribuyen a tener un peor olor corporal. Por el contrario, si se incrementa el consumo de frutas y vegetales frescos, ayudará a no desprender olores tan fuertes.


En ocasiones, nos encontramos con personas que sudan mucho. Generalmente, esto conlleva un problemas detrás; no es porque no se aseen. Hay personas que padecen hipertiroidismo -el cual, fomenta la aceleración del metabolismo-, sobrepeso o, simplemente, sus glándulas sudoríparas están más activas y producen más que las de otras personas; o, en último caso, podría padecer bromhidrosis, una enfermedad para la que necesitaría antibiótico.

En cualquier caso, el sudor es un proceso natural del organismo de cualquier ser humano, cuyo exceso o defecto, nadie puede controlar. Lo que sí se puede controlar son las burlas a este respecto ya que el hecho de sudar en exceso, en ocasiones, puede ser la antesala de un grave problema de salud.

 

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