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MERCEDES FERNÁNDEZ/ Comer despacio es para muchas personas un reto. Las prisas, el estrés, la sobre carga de actividad, en general, no son cosas que te lo pongan fácil a la hora de intentarlo. La verdad es que no faltan razones de peso para justificar argumentos como «no tengo tiempo». Pero no se trata de tiempo, sino de salud.

Siempre hay algo que se puede hacer. Hay que partir de la base de que comer despacio y masticar correctamente los alimentos, tiene muchos beneficios para la salud porque mejora la digestión, logrando que el cuerpo se regule y se depuren mejor las toxinas.

Además, cuando masticas muchas veces los alimentos, ayudas a que tu estómago trabaje menos. Si por el contrario, le cae mucha cantidad de comida y en grandes trozos, el organismo no absorbe bien los nutrientes y, por lo tanto, no te sientes plenamente saciadx; por lo que, al poco tiempo, sientes hambre de nuevo y vuelves a comer.

Estás comiendo de más y a lo mejor tu cuerpo -en lo que a salud se refiere- no necesita esa cantidad de alimentos porque ya has comido cosas sanas. Para mantener el peso o, incluso adelgazar, es importante comer despacio, masticando y saboreando la comida porque así, se activa el metabolismo ayudando a quemar la grasa de una manera más eficaz.

Ahora bien, si ingieres más cantidad de comida de la cuenta, al cuerpo no le da tiempo a eliminar todo lo que le has introducido. Por eso se aumenta de peso.

 

Las emociones influyen en la cantidad de comida que ingerimos

Muchas veces el hecho de comer rápido y/o de ingerir más cantidad de comida de la que necesita tu cuerpo, lleva aparejado conflictos emocionales. La psicóloga, Patricia Ramírez, habla muy bien sobre este tema en el siguiente vídeo:

Hay que darle más valor al tiempo de la comida, disfrutarla y de ver este momento como algo placentero y no como una obligación.

Si eres de las personas a las que le resulta imposible hacer esto, puedes optar por echar la comida en un bol en lugar de un plato (cabe menos cantidad pero queda con volumen).

Y si esto también es difícil de hacer, puedes coger un recipiente azul o verdoso: comerás menos y no te pasarás al servirte alimentos claros como la pasta. Al contrastar con la vajilla, la «llenan» antes. Buen provecho y ¡a disfrutar comiendo!

Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.

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