MERCEDES FERNÁNDEZ/ La experiencia de ir a la peluquería tiene cierto componente psicológico. A parte de la estética y de mantener el cuidado del cabello, el hecho de dedicar un periodo de tiempo -por corto que sea- a cuidar el aspecto de unx mismx produce sensación de bienestar.
Cuando una persona acude a la peluquería con la idea de cambiar, generalmente, lo que busca es un cambio más allá de lo físico. El cliente va buscando verse diferente, con un aire nuevo. Y este cambio supone una inyección de autoestima que, en cierta manera, le hace salir de la rutina.
En este sentido, cuando las personas acuden a la peluquería y plantean aquello de «quiero un cambio», se trata de un cambio real que muchas veces está conectado con la situación que están atravesando en sus vidas en ese momento.
La belleza interior y la exterior están muy vinculadas; por lo que cualquier tratamiento de belleza también es importante para disfrutar de unx mismx y de su compañía. De hecho, hay gente que va a la peluquería sólo para lavarse la cabeza porque esa atención que le brinda el profesional, le causa relajación y le supone una «terapia de bienestar».