MERCEDES FERNÁNDEZ/ Niños celíacos podrían ingerir gluten a través de un método mundialmente inédito no invasivo que ha creado la microbióloga sevillana Verónica Segura Montero.
Esta nueva técnica se basa en unos marcadores no invasivos que permiten controlar y hacer un seguimiento de la cantidad de gluten que se ingiere.
Verónica Segura ha recibido el reconocimiento del Premio Científico ‘Matilde Reyes Malpica’ que otorga la Fundación Farmacéutica Avenzoar. La sevillana dice declaraciones al diario ABC: «Después de tantos años trabajando en ello, el premio ha sido una satisfacción y un orgullo. Agradezco al grupo de investigación dirigido por la Dra. Sousa, toda la dedicación y el tiempo invertido en este proyecto».
Verónica Segura, que este año comenzará su doctorado, quiere centrarse en el tema de la celiaquía con el fin de «hacer la vida más fácil a una población de celíacos» cuyo margen de patología se encuentra dentro del 1 y el 7% de la población intolerante al gluten.
La celiaquía es una inflamación de la mucosa del intestino delgado como consecuencia de la ingesta de gluten cuando la persona no lo tolera. Por lo que el único tratamiento eficaz para esta patología, es seguir una dieta libre de este componente de por vida (hay muchos alimentos que se están fabricando sin gluten). Aun así, entre el 17 y el 90% de los pacientes con esta patología no sigue la dieta.
Este nuevo método ha revolucionado el mundo de la celiaquía ya que hasta la fecha no existía ningún otro capaz de detectar de manera directa, precisa y no invasiva la ingesta de gluten en las personas con esta intolerancia.
El objetivo de este trabajo fue evaluar el contenido de los péptidos inmunogénicos del gluten (GIP), que se eliminan en las heces y la orina entre las 6 y 48 horas de su ingesta. Se trata de fragmentos del gluten responsables de la respuesta inmune del paciente celíaco, es decir, muchas veces hay mínimas cantidades de gluten en la alimentación difíciles de detectar.
Por eso es importante hacer la prueba GIP y compararla con las pruebas serológicas -que son las que se utilizan de forma habitual-. Sólo así podría verse con precisión la cantidad de gluten ingerida para poder ayudar a estas personas a controlar sus niveles y aportarle una mayor calidad de vida, sobre todo a los niños celíacos.
Así se realizó el experimento
El estudio se realizó con pacientes que le habían diagnosticado la enfermedad recientemente. Se les realizó un seguimiento de 4 visitas durante 2 años. Para evaluar la exposición al gluten, se cuantificó GIP fecal y se comparó con los métodos serológicos: anti-transglutaminasa (anti-tTG) y antipéptido de gliadina desaminado (anti-DGP).
En la primera visita, antes incluso de iniciar la dieta sin gluten, el 96,9% de los pacientes comenzaron a mostrar resultados positivos para GIP. Una vez que comenzaron la dieta, un 20,3% de los pacientes presentaron niveles detectables de GIP en heces.
Los anticuerpos anti-tTG permanecieron con concentraciones elevadas en un 48, 34 y 20% de los pacientes a los 6, 12 y 24 meses de seguimiento, respectivamente, frente al 13, 4.5 y 0% de anti-DGP positivo. Todo ello sin ingerir nada de gluten. Por lo que, a través de estos datos, se puede comprobar que los marcadores serológicos pueden tardar meses, incluso años, en normalizarse después de instaurar una dieta sin gluten.
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