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M.F/ El enfriamiento, al igual que el calentamiento, es una parte esencial dentro de la práctica deportiva. Sin embargo, no siempre se le da la misma importancia, ni se le presta la misma atención.

El enfriamiento no es ninguna tontería. De hecho, tiene múltiples beneficios entre los que está mejorar la flexibilidad, fortalecer la tensión y elasticidad de músculos, ligamentos y fascias, previniendo, así, la aparición de lesiones.

Además, durante el ejercicio, la sangre circula preferentemente por las extremidades; por lo que si paramos de golpe la actividad, dejaríamos al cerebro momentáneamente sin la suficiente cantidad de sangre, originando fatigas y mareos.

Muchas veces nos encontramos con que no disponemos del tiempo suficiente para dedicarle a lo que sería recomendable en todo el proceso de entrenamiento: calentamiento, ejercicio y enfriamiento. Al restarle importancia a éste último, lo obviamos y acabamos la rutina simplemente con el ejercicio.

En este sentido, los expertos en deporte aconsejan reducir el tiempo de actividad para dedicárselo al enfriamiento el cual no va más allá de entre 5 y 15 minutos y se incluyen, al igual que en el calentamiento, los estiramientos; ya sea de una manera general (de cabeza a pies) o centrados sólo en la parte trabajada.

El cuerpo necesita recuperar la respiración y la frecuencia cardíaca y eso se hace a través del enfriamiento. Algo tan simple como sería disminuir la intensidad de lo que se estaba haciendo. Por ejemplo, si estábamos corriendo, acabamos caminando.

O bien, se puede cambiar de actividad; siempre y cuando los ejercicios de enfriamiento se centren en los mismos músculos que se estaban trabajando en la práctica deportiva.

 

Imagen de portada: pixabay

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