MERCEDES FERNÁNDEZ/ La Navidad es época de celebración y suele predominar el consumo excesivo de comida y bebida. Por lo que además de coger unos «kilillos» de más por estos excesos, es probable que, con estos mismos
Los abusos de estas fechas no sólo pasa factura a los kilos de más con los que nos solemos encontrar una vez que terminen las fiestas, sino que también se resiente la salud bucodental.
Es, prácticamente, inevitable no consumir dulces en estas fechas y precisamente, por este motivo, los expertos hacen más hincapié en el cuidado de la boca. Por lo que recuerdan la importancia del cepillado habitual de la dentadura, recomendado hacerlo como mínimo dos veces al día y en el caso de que sea una, aconsejan que se haga mejor por la noche.
Pero con tanto horario cambiado de estas fechas o se hace menos veces o ni siquiera se hace. Y ahí es donde está el problema.
Por lo que respecta a la comida, los dulces blandos son muy perjudiciales; no sólo por la gran cantidad de azúcar que lleva, sino porque se adhieren tanto a los dientes que parece formar parte de la dentadura. También, son muy perjudiciales para los dientes los refrescos, el vino tinto o el marisco -muy propio también consumirlos en estas fechas-.
Así que, los profesionales de la salud bucodental recomiendan consumir otro tipo de alimentos, como el pan o los lácteos en compensación con los más perjudiciales. O también, se pueden ingerir otros ricos en calcio y flúor, proteínas y vitaminas A, C, D y K que ayudan a reforzar los dientes.
Pero en la boca no sólo hay dientes. Por eso, hay que mantener una correcta higiene de lengua y paladar mediante limpiadores linguales o, incluso, con el propio cepillo. Y para evitar que las encías se inflamen y sangren, es aconsejable realizar masajes con movimientos circulares en cada cepillado.
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