Un invento que revolucionó el mundo de la comunicación: el teléfono
M.F./ Tal día como hoy, en 1877, tenía lugar en Barcelona la primera comunicación telefónica en España, gracias a la invención del físico estadounidense de origen escocés, Alexander Graham Bell. Este fenómeno sumó un avance más a los muchos que se desarrollaron durante el siglo XIX, aunque llegara a España más tarde que a otros países, como Gran Bretaña, Suiza, EEUU o Francia.
Sin embargo, no fue hasta 1924, cuando se implantó verdaderamente la telefonía española debido a que, en los primeros años de su aparición, las líneas no estaban interconectadas entre sí, por lo que la comunicación era limitada y su coste variaba en función de cada provincia. Desde 1878, estuvieron haciéndose pruebas –conexiones entre Palacios Reales de Madrid y Aranjuez por parte del rey Alfonso XII y su futura esposa, María de las Mercedes- satisfactorias, por cierto, hasta el punto de llegar a comunicarse a mayores distancias. Esto benefició el intento de realizar instalaciones propias de líneas privadas y en 1880, Rodrigo Sánchez Arjona consigue una autorización para instalar los primeros teléfonos rurales privados. De esta forma, las personas podían tener una conversación directa, sin necesidad de intermediarios –en sus orígenes la red pertenecía al Estado- y sin conocimientos previos para su utilización.
Así fue como, años más tarde (1924), se constituyó en España la Compañía Telefónica Nacional, verdadero comienzo de la telefonía en nuestro país; algo que, inquietó, por otra parte, a los telegrafistas viendo al teléfono como una amenaza para el telégrafo.