M.F/ Los bebés y los recién nacidos, normalmente, respiran solamente por la nariz. No es hasta los seis meses de edad cuando comienzan a hacerlo también por la boca.
Para esto, hay varias explicaciones pero la más importante es que su sistema respiratorio no está bien desarrollado en los primeros meses de vida y, además, tienen las vías respiratorias más altas que los adultos.
A partir de los seis meses, los músculos de la lengua, de la cara y el paladar se van desarrollando; la epiglotis se desplaza hacia abajo para separarse del paladar blando y dejar más espacio; lo que hace que puedan empezar a respirar por la boca ya que antes, tan sólo la lengua, ocupaba prácticamente la totalidad de la boca dejando escaso espacio para la entrada de aire.
Entonces, ¿qué sucede cuando, por ejemplo, se resfrían? Pues que hay que aliarse con los lavados nasales con suero fisiológico, aspiradores y humidificadores.
Cuando los adultos están congestionados, usan la boca para poder respirar pero a los bebés hay que ayudarles a «desatascar» la nariz para poder hacerlo. En cualquier caso, el cuerpo es sabio y responderá con un mecanismo de defensa. En esta ocasión, hará que el bebé llore, a veces con mucha fuerza. Esto hace que se genere la suficiente presión como para que entre aire por un espacio reducido, evitando, así, la asfixia.
De todas formas, siempre es mejor facilitarles la respiración por la nariz ya que sus órganos aún no están listos. Y mucho mejor, si las fosas nasales, se liberan antes de comer.