MERCEDES FERNANDEZ/ Postergar es un hábito que tienen muchas personas. En un principio, puede significar que tienes dejadez o falta de interés pero realmente hay un trasfondo psicológico.
Hay personas que se pueden encasillar en dos sitios. Por un lado, están aquellas que son de practicar el “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
Por otro lado, están las del “mañana lo hago”, “cuando tenga tiempo”, “es que no puedo”, “el lunes empiezo”… Se puede decir como quieras pero no es más que enmascarar un sinfín de excusas que lo único que hacen es alimentar el autoengaño de creer que, de verdad lo vas a hacer, cuando en lo más hondo de ti, sabes que nunca llegará.
Pero bueno tú estás autoconvencidx de que lo harás. Pues siento decirte de parte de los profesionales de la psicología que, en primer lugar, esa costumbre tan fea que se llama postergar, si no la cortas de raíz, hará que entres en un círculo vicioso, creando una situación destructiva y autodestructiva.
¿Qué sucede realmente?
Pasan muchas cosas pero la principal tiene como base la autoexigencia. Cuando eres tan exigente contigo mismx, piensas cosas como “Si las cosas no se hacen bien, no vale la pena siquiera hacerlas” o “si lo hago bien esta vez, siempre deberé hacerlo bien”.
Esto te lleva a no ver nunca el momento de empezar o “romper el hielo” y, por tanto, a postergar. Cuando aplazas las cosas una y otra vez, empiezas a generar un malestar interno, estallando en enfados e irritación. A medida que vayas postergando, más grande será tu irritación y más afectado se verá tu bienestar. El funcionamiento es el siguiente:
1. La persona posterga una tarea, la realización de un deseo o la ejecución de una actividad
2. Se siente mal consigo misma porque no ha hecho lo que debía hacer
3. Al sentirse tan mal, su estado de ánimo se convierte en una excusa para seguir postergando tareas.
¿Te suena? Seguro que te sientes identificadx. Si es así, debes saber que hay solución para mejorar este aspecto de tu vida que, si llegas a controlar, hará que te sientas mejor.
Consejos para dejar de postergar
- Dividir tareas. Llevar a cabo tus tareas por partes, te ayudará a estar activo sin sobrecargarte. Además de avanzar, demuestra que puedes ir hacia donde quieres. Así que ¡ánimo y a comenzar hoy mismo con una parte!
- Premiarse haciendo algo que te guste mucho nada más terminar una actividad. Escuchar música, salir a caminar, leer un libro, ver una película etc., es una forma de asociar la nueva conducta con algo placentero, aumentando las posibilidades de que se repitan.
- Diferenciar lo urgente de lo importante. Escribe lo que sea verdaderamente importante para ti. Verlo sobre un soporte (papel, pizarra…) es más útil de lo que parece. Es cierto que las situaciones urgentes, en muchas ocasiones efectivamente necesitan atención en el momento, pero en otras, se cataloga como «urgentes» cosas que en realidad no lo son.
Te dejamos más consejos sobre cómo dejar de postergar de la mano de la psicóloga deportiva, Patricia Ramírez, en el siguiente vídeo:
Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.