MERCEDES FERNÁNDEZ/ Ducharse con agua fría aporta muchas cosas buenas para la salud. No es una experiencia agradable. Si se hace insoportable, basta con intercalarla con agua caliente, pasando a la fría gradualmente hasta que llegue a estar completamente helada y dejarla caer en nuestro cuerpo durante un par de minutos. Así, aporta los mismos beneficios y no es tan desagradable como la ducha solamente con agua fría.
Hay excepciones en las que para nada es recomendable esta práctica. Por ejemplo, las personas que padecen enfermedades cardiovasculares deben consultar A su médico antes de hacer esto.
En condiciones normales, el agua fría hace que se contraigan las venas y arterias. Este endurecimiento temporal permite que la sangre fluya a mayor presión; lo cual es positivo para el sistema cardiovascular siempre y cuando todo esté bien. Por lo que, las personas con problemas de corazón, las que tengan fiebre y las embarazadas deben tener especial cuidado antes de ducharse con agua fría e, insistimos, en que previamente deberían hablarlo con su médico.
El agua fría incrementa el número de leucocitos en nuestro cuerpo, lo que resulta fabuloso para el sistema inmunológico porque se refuerza al intentar volver a su temperatura de calor habitual. Además, ayuda a estimular el metabolismo del cuerpo. Esto permite combatir enfermedades reumáticas, diabetes o depresión. De hecho, se ha demostrado que una ducha de agua fría puede ayudar a promover un mejor estado de ánimo a la vez que mejora la motivación.
Ducharse con agua fría ayuda a producir una sensación de bienestar generalizada. Esto se debe a que el agua fría favorece la producción de una sustancia estimulante en el cerebro llamada noradrenalina.
“El enfriamiento de las extremidades al despertar provoca vasoconstricción periférica y disminuye la inercia de sueño, esto es, el tiempo que tardamos en recuperarnos completamente de las horas de descanso. Una ducha de agua fría o templada (entre 24 ºC y 30 ºC) por la mañana contribuye a disminuir ese periodo de somnolencia al levantarse de la cama”, explica el doctor Juan José Ortega, vicepresidente de la Sociedad Española de Sueño.
Como dato curioso, aportar que otros hábitos de higiene como pueden ser el afeitarse (más en el caso de los hombres) es mejor hacerlo por la mañana ya que entre el inicio de la jornada y el mediodía (periodo que suele oscilar entre las 6 de la madrugada y las 12 de la mañana), las plaquetas se muestran especialmente activas. Esto quiere decir que un corte por la mañana suele cicatrizar mejor y más rápido que un corte al atardecer.
Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.