M.F/ En invierno, puede verse de blanco por la nieve; en primavera y en verano, del verde de las hojas recién brotadas de los árboles y en otoño, del naranja de las hojas secas también de los árboles.
Da igual del color que se vista. La Selva de Irati tiene uno de los paisajes otoñales considerados más bellos que podamos encontrar en estas fechas.
Se trata del segundo bosque de abetos y hayas más extenso y mejor conservado de Europa -después de la Selva Negra de Alemania-. La Selva de Irati está ubicada en el Pirineo Oriental Navarro y toma su nombre del río que recorre la zona, la cual tiene una extensión de más de 18000 hectáreas.
Quienes la visitan, aseguran que es un paisaje que enamora. El buen cuidado que les dan los habitantes de su alrededor, también influye. Y eso, que su medio de vida es, junto con el turismo, la tala de la madera.
Sin embargo, cortan mucha menos cantidad que la que el bosque produce por sí mismo; por lo que, favorece, progresivamente su regeneración. Además, se van creando reservas integrales como las de Mendilazt, Lizardoya o Ariztibarrena que, actualmente, conservan hectáreas de bosque casi virgen.
Cuenta la leyenda que, además de los guardianes del entorno, en la Selva de Irati vive una pareja de seres mitológicos -Basajaun y Basandere- guardianes de los árboles y que, por tanto, se encargan de velar por el lugar contra aquél que quiera dañarlo. ¿Será verdad?