REDACCIÓN/ Una de las reacciones alimentarias más frecuentes que podemos encontrar en la población son las intolerancias alimenticias. Éstas se pueden manifestar de diferentes maneras y la mayoría están relacionadas con problemas de salud que se dan a diario.
Últimamente son los trastornos digestivos los que están dando mucho de qué hablar, concretamente, la intolerancia a la fructosa. Muchas personas sufren a diario sus síntomas y desconocen el origen de su malestar.
1. ¿Qué es la fructosa? ¿Cómo afecta a nuestro organismo?
2. ¿Cuáles son los síntomas de esta intolerancia a la fructosa?
3. Recomendaciones para evitar el malestar
¿Qué es la fructosa? ¿Cómo afecta a nuestro organismo?
Se trata de un azúcar simple (monosacárido) que se encuentra principalmente en la fruta, verdura y en la miel. Todos estos alimentos poseen niveles distintos de fructosa, lo que produce, junto con el nivel de tolerancia de cada persona, problemas de salud y molestias.
Entre los alimentos con mayor nivel de fructosa encontramos:
- Manzana, pera, melocotón, mango, dátil y caqui, cerezas, sandía, arándanos, entre otras.
- La fructosa también está presente en ciertas verduras como la berenjena, remolacha, cebolla, garbanzos, lentejas, espárragos o la zanahoria.
- Algunos endulzantes como el sirope de agave o de arce también poseen un nivel alto de fructosa.
¿Cuáles son los síntomas de esta intolerancia a la fructosa?
Los síntomas que produce esta intolerancia son debidos a la malabsorción de este azúcar en el organismo. Ésta se absorbe en el intestino delgado, pero cuando se ingiere una alta cantidad de fructosa (la cantidad recomendada está entre 25 y 50g), gran parte queda sin ser absorbida, siguiendo su camino hacia el intestino grueso, donde las bacterias intestinales realizan un proceso de fermentación que, junto al azúcar no digerido, provoca gases, dolor abdominal y molestias gastrointestinales. Los síntomas pueden ser variados:
- Dolor, distensión abdominal o hinchazón
- Flatulencias
- Defensas bajas, debido a una alteración de la flora intestinal
- Borborigmos (ruidos y movimientos intestinales) Diarrea
- Náuseas y vómitos
- Cambios en el ánimo, cansancio, e irritabilidad
Para diagnosticar este tipo de intolerancia es necesario realizarse el test de hidrógeno espirado o test del aliento, que consiste en la valoración de la cantidad de hidrógeno expirado tras la administración de fructosa. Este método también se utiliza para comprobar la existencia de otras intolerancias como el de la lactosa. Aunque no existe una cura para este tipo de intolerancia, lo más recomendado es reducir los alimentos con gran cantidad de este azúcar.
Recomendaciones para reducir el malestar
Para evitar este tipo de intolerancias el primer paso es reducir la ingesta de alimentos ricos en fructosa. Es recomendable realizar un listado de los alimentos que contienen un mayor nivel de fructosa para tener un mayor conocimiento sobre ellos y reducir su ingesta o eliminarla de la dieta.
Pero no todo es reducir, ya que también existen una gran cantidad de alimentos que poseen niveles muy bajos de fructosa:
- En el grupo de las frutas podemos encontrar el limón, el kiwi, la mandarina, la naranja, el plátano, las fresas, melón, las uvas o el aguacate.
- Frutos secos como las castañas, almendras o cacahuetes.
- En cuanto a verduras, las alcachofas, la lechuga, las espinacas o los champiñones son una acertada elección.
- Utilizar endulzantes alternativos y naturales libres de fructosa como la estevia o el sirope de yacón.
- El grado de madurez de la fruta también influye en los niveles de fructosa, que se encuentran más elevados en esta fase, por lo que es recomendable ingerir frutas menos maduras.
Ante todo, la mejor recomendación es acudir a un médico profesional que realice las pruebas necesarias para encontrar el origen del problema y que realice un plan individualizado para mejorar y reducir los síntomas provocados por esta intolerancia.
Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.