MERCEDES FERNÁNDEZ/ El silencio es muy importante para el cerebro. La sociedad está tan acostumbrada al ruido y al hiperestímulo sensorial que parece difícil encontrar un momento de quietud interior y de estar en completo silencio. Para muchos, eso sería un lujo. Para otros, no entra la posibilidad de escucharse interiormente y les cuesta callar el ruido externo.
La sociedad vive en un ruido constante, ya sea por el ambiente, por el entorno en el que se encuentra rodeado o, simplemente, por permanecer en la eterna compañía exterior. Por eso, aunque estén en solitario necesitan un ruido de fondo como puede ser la radio, la televisión o música. Aunque sea un ruido suave, hace que el cerebro esté en continua alerta.
Pero, ¿sabías que el silencio es más beneficioso, incluso, que escuchar música relajante? Hay estudios que avalan esta teoría. De echo, aconsejan pasar dos horas diarias en absoluto silencio y recibir, así, los múltiples beneficios que aporta a tu salud interior y a tu bienestar.
Te ayuda, por ejemplo, a aliviar las tensiones y el estrés; además, contribuye a regenerar la creación de nuevas neuronas en el hipocampo que es una importante parte del cerebro en la que se implica en la memoria, las emociones y el aprendizaje, respectivamente.
El silencio permite que el cerebro repose
El silencio favorece a personas con alzhéimer y depresión ya que estas enfermedades presentan una disminución de la regeneración de neuronas en el hipocampo y el silencio contribuye a la creación de otras nuevas.
El neurocientífico Marcus Raichle demostró que un cerebro en reposo consume tanta energía como a pleno rendimiento. A esa actividad cerebral en el reposo la llamó energía oscura. Por lo que, el silencio también debe de ser interior. Prueba a cerrar los ojos e ir hacia dentro. Cerrar los ojos ralentiza las ondas cerebrales. Parpadeas para humidificar los ojos pero también para que el cerebro descanse.
De esta forma, te restauras. Cuando se agotan los recursos de atención, tienes tendencia a distraerte y te encuentras fatigado mentalmente. Te cuesta concentrarte tomar decisiones, resolver problemas o crear nuevas ideas.
Hace dos siglos que Florence Nightingale, precursora de la enfermería moderna, decía: “El ruido innecesario es la falta de atención más cruel que se le puede infligir a una persona, ya esté sana o enferma”. ¡Hazle caso a esta sabia mujer! Puedes probar ahora que se acerca un puente, si eres de los afortunados que puedes disfrutar de todos los días festivos.
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