M.F/ Año 1980. Los vecinos de la localidad onubense de Villablanca deciden celebrar un festival la última semana de agosto con la Danza de los Palos de Villablanca como protagonista. Lo que nunca pensaron es que este festival lleno de música, colorido y folclore lograría extenderse por los cinco continentes con el paso del tiempo.
El objetivo principal por el que se sigue realizando este evento, año tras año, se basa en la idea de conservar y difundir la cultura mediante la danza, como representante de la defensa y preservación del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Se trata de un bonito encuentro entre culturas, las cuales se han ido insertando, poco a poco, y conviviendo en los países europeos. Pero de todas ellas, la que siempre ha perdurado e, incluso, evolucionado ha sido el folclore.
De esta manera, el municipio de Villablanca celebra -desde el 21 de agosto y hasta el 29- este año una nueva edición -y ya son 38- de este festival que pretende conservar el patrimonio cultural de la provincia, siendo plataforma de muestra de las danzas «heredadas» en Huelva. Este año es importante también para esta provincia andaluza ya que se celebran 525 años desde el encuentro entre dos mundos: Huelva y América.
Los diferentes grupos de danzas, procedentes de todas partes del mundo, llevan desde el lunes alegrando a lxs vecinxs de Villablanca y sus forasterxs. Pero esta noche y mañana se espera que sean las dos jornadas más concurridas. Al menos en lo que a grupos se refiere, tan sólo hoy, exhibirán sus coreografías grupos procedentes de Ucrania, Polonia, Serbia y Cuba.