MERCEDES FERNÁNDEZ/ El aroma natural que desprende la pareja le produce un efecto relajante a la otra persona. Así, lo han concluido en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Columbia Británica de Canadá.

El experimento se ha realizado, por el momento, sólo con mujeres dado que, genéticamente, tienen una mayor capacidad olfativa que los hombres.

No dejamos de ser animales y el olfato es el sentido más primitivo y, a la vez, el más poderoso que tienen los animales, incluidos los humanos.

Lo que una persona siente hacia otra cuando está cerca; esos sentimientos inexplicables que se tienen solo hacia esa persona, en esta ocasión, no tienen que ver con las feromonas. Se trata de otro tipo de sustancias que caracterizan a la persona y que puede ser muy parecido a la calma que siente un bebé cuando tiene a su madre cerca por el simple hecho de «olerla».

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Las psicólogas Rachel Herz y Estelle Campenni han analizado en profundidad la química sexual y su funcionamiento. Herz experimentó en primera persona «el amor a primer olfato» y lo narra así:

«Su olor me hizo sentir segura y al mismo tiempo activa y estoy hablando de su olor corporal real, no colonia o jabón. Nunca me había sentido así con el olor de un hombre. Hemos estado casados durante ocho años y tenemos tres hijos, y su olor es siempre sexy para mí».

El aroma puede producir sensaciones en nosotros. ¿A quién no le ha pasado que le ha venido un olor de repente y le ha transportado a otro tiempo y lugar? Cuando esto sucede, hay que tratar de escuchar lo que quiere comunicarnos esa sensación.

Las personas no somos conscientes del peso que tiene el olor en la química sexual. Nos preocupamos de perfumarnos adecuadamente cuando tenemos una cita sin olvidar que el olor de la piel, del cabello y del cuerpo, en general, es el más poderoso de los atractivos.

«En los rituales del cortejo,» -dicen las psicólogas- «muchos de ellos instalados profundamente en nuestro cerebro, las señales a base de aromas nos ayudan a concentrarnos en las cualidades positivas del otro. A primera vista, puede ser algo abstracto pero cuando se aprende a leer los mensajes olfativos sutiles que ‘operan por debajo de la consciencia’, los resultados pueden ser concretos y devastadores».

EL EXPERIMENTO

Las pruebas se realizaron con 96 parejas de sexo opuesto. A los hombres se les entregó una camiseta nueva para que las impregnaran con su aroma natural durante 24 horas, sin “contaminarlas” con otros olores como colonias, cremas, tabaco o comida. Estas prendas fueron posteriormente congeladas para que conservaran el aroma tal cual lo habían dejado.

Se escogieron camisetas totalmente nuevas, usadas por la pareja o por otro de los individuos que se sometieron a la prueba. De manera aleatoria, las voluntarias escogieron estas prendas sin saber la que se le había dado a cada una.

Pasaron por tres pruebas diferentes: una entrevista simulada, un examen matemático y una muestra de saliva para medir sus niveles de cortisol (hormona del estrés). Por último, se sometieron a un test de preguntas sobre su nivel de estrés en cada una de estas actividades.

Descubrieron que las mujeres que habían olido la camisa de su compañero se sentían menos estresadas, tanto antes como después de la prueba de esfuerzo. Aquellas que olieron la camisa de su pareja e identificaron correctamente su olor, también reflejaron niveles más bajos de cortisol, lo que sugiere que los beneficios de reducir el estrés del aroma de la pareja son más fuertes cuando las mujeres saben lo que están oliendo.

El experimento se realizó con las mujeres de parejas heterosexuales y hasta el momento los datos son afirmaciones referentes a este tipo de relaciones. Además, se pusieron a prueba las reacciones de mujeres hacia los hombres.

Aún hay que investigar la reacción de los hombres hacia sus mujeres, así como si se producen las mismas reacciones entre parejas del mismo sexo.

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