M.F/ Edimburgo es una de esas ciudades increíbles que hay que visitar al menos una vez en la vida. La ciudad se divide en dos partes. Por un lado, está la Old Town (Vieja ciudad) y por otro, la New Town (Nueva ciudad) cuyas diferencias son perfectamente palpables.
Por lo que respecta al turismo, la Old Town suele ser la más visitada y transitada. Quizás por la antigüedad de sus historias. Todos sus edificios son iguales por fuera -grises y marcos de ventanas blancos-. Sólo hay una calle con edificios coloridos en el centro. Se llama Victoria Street.
Es muy conocida ya que allí se cometían asesinatos macabros a mendigos y prostitutas cuyos cuerpos eran utilizados para estudios científicos. Normalmente, a este tipo de personas «nadie las echaba de menos». Por eso, eran las personas adecuadas para estas investigaciones sin que nadie sospechara.
Edimburgo lo tiene prácticamente todo, fundamentalmente, en el terreno meteorológico. En tan sólo unos minutos, puede darse elementos propios de las cuatro estaciones; es decir, puede llover, hacer frío, calor o sol en ese escaso intervalo de tiempo. El clima es impredecible. El turista puede hacerse una idea pero hasta que no lo vive, no lo sabrá de verdad.
No obstante, la protagonista siempre es la lluvia. Por lo que no es de extrañar que la ciudad esté llena de zonas verdes y parques abiertos bien cuidados esperando acoger a los ciudadanos que deciden disfrutar de ellos en los escasos días soleados.
Es uno de los destinos turísticos más demandados. Y es que pese a que no es una ciudad muy grande, sí que tiene una amplia oferta cultural. Museos, monumentos y calles como la Royal Mile (Milla Real), llamada así porque según cuentan, hay justamente una milla entre el gran Castillo de Edimburgo (en lo alto de la calle) y el Palacio Holyrood (residencia oficial de verano de la Reina Isabel de Inglaterra), al final de la calle.
La capital escocesa también ha sido escenario cinematográfico. Lo fue para Trainspoting, lo fue en los dibujos de la película de animación ‘El Ilusionista’, lo fue uno de sus colegios cuando rodaron Harry Potter, así como el lugar donde J.K Rowling se inspiró para escribir el primer libro de la saga. Y volverá a serlo en Traisnpoting 2.
Es una ciudad que tiene muchas historias esperando ser contadas a los visitantes. Así que si tenéis la oportunidad de viajar en vacaciones, esta ciudad sería un destino totalmente recomendable. La suerte que tiene el turista es que además de contar con una amplia carta hotelera, también es posible reservar apartamentos por si viajan en familia o con amigos.
Sea cual sea la manera en la que el turista decida visitar la ciudad, de lo que estamos seguros es de que volveréis embriagados. No sólo por ser una de las ciudades más maravillosas que existen, sino porque simplemente es encantadora.