MERCEDES FERNÁNDEZ/ Las vacaciones son necesarias para la salud física y mental. Hay quien necesita microperiodos de descanso más continuados y hay quien prefiere esperar porque necesita mucho más tiempo seguido de vacaciones para reponerse de la rutina. Sea cual sea la opción escogida, siempre viene bien una visita a la playa aunque no sea temporada estival.
¿Qué sucede si no tienes una playa cerca? Muchas veces ves en fotografías el inmenso azul del Mar Mediterráneo que bañan las Islas Baleares y empiezas a soñar. Pues deja de hacerlo porque hay ofertas alojamiento en Menorca en muchas épocas del año, incluido en invierno.
Decía Charles Baudelaire «¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!”. No es raro porque el mar tiene increíbles propiedades curativas. La visita a la costa tiene muchos efectos positivos en la mente ya que el mar relaja los procesos mentales, además de ser inductor de la meditación. Hay quien practica disciplinas como el yoga o el mindfullness cerca del mar porque aseguran recibir el doble de beneficios.
Cerca del mar se concentra gran carga de iones negativos pero que sean negativos no quiere decir que sean malos. Los iones negativos en el aire del océano ayudan a calmar la mente y tienen un efecto antidepresivo.
En el año 1932, el ingeniero de investigación estadounidense Dr. Clarence Hansell notó que el estado de ánimo de uno de sus colegas variaba en respuesta al tipo de iones: alegre cuando estaba sujeto a iones positivos y melancólico cuando estaba sujeto a los negativos.
Pero con el tiempo, esta teoría se dio la vuelta completamente y se demostró que el aire ionizado negativamente puede aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional. Los iones negativos provocan reacciones bioquímicas, lo que mejora el humor y la salud aumentando la energía.
El turismo también relaja
Cuando hablamos de desconectar, no sólo es recomendable hacerlo en viajes a la playa ya que, por muchos beneficios que tenga, hay personas a las que no les gusta. Hay zonas costeras, de las islas que puedes visitar.
Las ciudades con playas también tienen otros atractivos turísticos como monumentos o la gastronomía que merecen la pena conocer. Es cierto que lo primero que «entra por los ojos» en lugares como Menorca son las aguas azules de sus playas y calas, a las que resulta difícil resistirse a cerrar los ojos y dejar volar la imaginación.
Pero lo mejor de todo es que, en este caso, los planes de tu imaginación puedes hacerlos realidad. Muy importante, si quieres disfrutar de verdad de este lugar y las opciones que te brinda, es dejar el teléfono móvil y las redes sociales a un lado. Ya mostrarás al mundo virtual otro tipo de contenido.