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MERCEDES FERNÁNDEZ/ La grasa marrón o grasa parda es un tipo de grasa corporal que el propio organismo de los mamíferos, incluido el ser humano, activa cuando siente frío para generar calor y, así ayuda a la recuperación de la temperatura corporal. Y esto influye en el control del consumo de los alimentos.

Se han hecho investigaciones recientemente en Alemania y en Finlandia en las que sus responsables -más concretamente Martin Klingenspor (presidente de Medicina Nutricional Molecular de la Universidad Técnica de Munich -Alemania-) han demostrado que “hay una conexión entre el intestino, el cerebro y el tejido marrón, descubriendo una faceta previamente desconocida del complejo sistema regulador que controla el balance de energía”.




Las señales codificadas por las hormonas intestinales llegan al cerebro a través de la sangre o a través de los nervios activados en el intestino delgado. Y en esto -según han descubierto en la reciente investigación- tiene un papel fundamental la secretina, un hormona que estimula la secreción del jugo pancreático, la cual, pasa a la sangre y con ella llega al páncreas.

Los investigadores descubrieron que los sujetos que tenían niveles más altos de secretina en la sangre se correspondían con una grasa parda más metabólicamente activa. «Cualquier estímulo que active la termogénesis de la grasa parda podría potencialmente inducir a la saciedad». 

Este experto -Martin Klingenspor- cree que las funciones de la grasa parda en el control del hambre y la saciedad la convierten en un objetivo «atractivo» con nuevas perspectivas para el tratamiento de la obesidad ya que según el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Francisco Tinahones, «la obesidad es el mayor problema de salud pública del mundo occidental».




La grasa parda, cuando intenta producir calor, usa como «combustible» la grasa blanca que se acumula en ciertas partes del cuerpo como el abdomen dando lugar a que aparezcan los molestos «michelines», por lo que el uso de la grasa marrón haría que se quemara la grasa normal que suele ser más perjudicial.

La grasa marrón o parda no causa gordura y, aunque su presencia en el organismo es mucho menor que la grasa blanca, algunos investigadores aseguran que las personas que tienen mayor cantidad de este tipo de grasas, suelen ser más delgados.

La grasa marrón la tenemos desde que nacemos ya que es la encargada de mantener el calor en los primeros meses de vida cuando «somos más vulnerables». Hasta hace poco, se creía que este tipo de grasas se iba eliminando con el paso del tiempo pero, tal y como se ha descubierto en las investigaciones más recientes, aunque sea en pocas cantidades, pero está «metabólicamente activa» en los adultos.

Esperamos que estos consejos de vida saludable te hayan resultado útiles. Para seguir leyendo artículos de interés visita nuestra revista de salud y bienestar.

Imagen: pixabay.com

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